EL CONTACTO CON SILVIA

Seguro alguna vez en su vida han estado en una tienda de autos.

De día no es un lugar que cause terror, pero por las noches, cuando los vendedores se han marchado y solo queda el cuidador del local, es un espacio al que no entraría sin antes pensarlo dos veces.

Gracias a Silvia, seguidora de Lima Paranormal, por compartir esta historia con nosotros.

Silvia era una joven que recientemente había entrado al mundo de las ventas automovilísticas, le iba bastante bien y ello se debía a que tomaba tantos turnos como pudiese en la semana.
Una noche se quedó hasta tarde en la tienda ubicada en la Av. Arequipa, preparando unos documentos para el día siguiente. Silvia nos cuenta que sentía miradas inquisitivas, pero no le tomó importancia, apuró el paso y se despidió del vigilante.

Apenas había salido del local cuando escuchó fuertes ruidos, como si algo se hubiese roto. Dudó mucho de si regresar o irse, pero pensó que quizás algo hubiese podido ocurrirle al vigilante.
Regresó la cuadra y media que había caminado y no encontró al muchacho en su silla. La puerta estaba abierta, así que con sumo cuidado entró asustada. Se preguntaba si acaso habrían entrado a robar.

Siguió caminando y tremenda sorpresa la que se llevó cuando vio cómo el vigilante era arrastrado por el piso. No había aparentemente nadie, pero entonces ¿quién sacudió el cuerpo de ese pobre hombre?

Lamentablemente, los impactos fueron tales que Silvia tuvo que llevarlo al hospital, había sufrido fracturas que le impedían moverse con naturalidad.
Lo que Silvia no comprendía es por qué se habían atrevido a tocarlo a él y no a ella.

Tiempo después se enteró de que el muchacho había sido parte de un ritual de bujería y con ello había dado paso a los entes a tener contacto con él. El detalle, queridos lectores, es que en estos contactos jamás sabremos si el ente que responde es un ser benigno o maligno.