Puertas sin retorno

En el distrito de San Miguel, un grupo de primas decidió reunirse una noche calurosa de verano, faltaban algunas semanas para recomenzar la vida académica y tal vez la tranquilidad del cielo fue lo que las llevó a experimentar lo desconocido, tal vez solo fue el destino… 

Leo, emocionadísima por hacer contacto con su mamá, empezó a llamarla con los dedos sobre la tabla, pasaban los minutos y al ver que nada ocurría decidieron invocar entonces al hombre de las mil caras de los sueños de Lucía. 

El silencio duró un segundo y luego la mesa comenzó a sacudirse. Una de ellas sintió cómo una corriente entraba a su cuerpo y la dejó semiinconsciente un momento. Leo no paraba de gritar sollozando “Vete, por favor. ¡Vete!”. Y Lucía, quien estaba tranquila, dijo: “Lárgate, ¿no te das cuenta de que aquí no te quieren?” y el alboroto cesó. 

Esa tarde juraron no volver a tocar la ouija en su vida, pero lo que no sabían era que esto, más que un juego es un portal a lo desconocido. La colaboradora que mandó su historia a Lima Paranormal, advierte que años más tarde ha sido víctima de palmazos con huellas en el cuerpo, que le soplan al oído y no la dejan tranquila. Así que piénselo bien si alguna vez se atreven a abrir las puertas del más allá.

Si aún así estás interesado en intentar la experiencia, te recomendamos leer este artículo sobre los 7 misterios que debes conocer antes de animar a experimentar con una ouija.